Tu Globalista: Lo que sucede en el mundo.

Hoy me di a la tarea de plantearme mis objetivos para el siguiente año, creí que sería muy sencillo, resulta que es de lo más complicado, de lo más exigente, y de lo más interesante.

Busque darle rienda suelta a todas esas metas y deseos que me cruzaran por la mente, de todo cuanto pude, después de una hora, me di por vencido, lo que más quiero son menos cosas, y más tiempo para aprender, para estudiar y para pensar.

Así de sencillo, con todo y todo más paz, pero qué significado profundo puede decirse de la paz, algunos buscan riqueza, otros buscan tierras, casas más grandes, miles de autos, miles de libros. También como cualquier ser humano busco riqueza.

La riqueza que busco y que comencé este año es en la riqueza del espíritu, sentirme, en todo lo ancho de la palabra, buscar en mí mismo respuestas fuera de mí.

Pensar y meditar, qué tanto lo he conseguido creo que nunca lo sabré, lo que sí puedo saber y plantear en terrenos prácticos es la paz que siento y que busco tener día a día. Pensar, de todo cuanto me venga en gana, escribir de todo cuanto pase por mi mente, meditar para darle rienda suelta a mi espíritu, respirar para sentirme de nuevo parte de este mundo, ser parte de este mundo no aparte.

La riqueza que busco también es material, tener los bienes suficientes para vivir una vida que me permita viajar, conocer nuevos mundos, hablar y perfeccionar idiomas, poder tocar piano de vez en cuando, poder escribir, y mucho, tanto de manera personal y libre como de manera académica.

Todo eso, se necesitan bienes, dinero, tiempo y espacio, pero también voluntad, por lo que busco tener más voluntad dirigida para poder hacer lo que me propongo y no abandonar.

El crearse objetivos y revisarlos detalladamente puede ser complicado o puede ser muy divertido, entre más detalle del qué se busca hacer y el por qué ayudarán a tener una visión mucho más enriquecedora de los objetivos. Describirlos hasta casi poder tocarlos, percibirlos, degustarlos.