Hoy en día están en boca de todos el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, mucho se ha hablado de posibles efectos catastróficos para la economía nacional que México entraría a una desaceleración económica demasiado fuerte y que por tanto estaríamos al borde de la quiebra como país.
Mucho se especula de cuánto subiría el dólar si esto llega a suceder, cuántos empleos se podrían perder y la contracción del dinamismo de México en cuanto a temas económicos. Todo lo anterior, es posiblemente cierto, como también podría ser posiblemente no cierto.
La cuarta ronda de la negociación del TLCAN dejó ver en temas de negociación hasta donde quiere Estados Unidos estirar la liga, para poder ver en donde no existirán concesiones por parte de Canadá y de México. Ésta quinta ronda de negociaciones podría traer dos escenarios. El primero la salida de Estados Unidos, ante la intransigencia de las negociaciones, o por otro lado, la concesión de México y Canadá sobre algunos puntos.
En cuanto al escenario de salida de EUA, los efectos en México pueden ser variados, por lo que México está buscando diversificarse y encontrar nuevos mercados para sus productos (cosa que tuvimos que hacer hace varios años), así como impulsar acuerdos comerciales preferentes como es el mencionado TPP-11. La cumbre de la APEC sirvió para empujar de nueva cuenta el TPP y darle vida, ¿cuándo se podrá firmar, es incierto?
Por otro lado el dólar sí subiría, casi un 20% lo que tendría como consecuencia un costo de elaboración de productos mucho más bajo en cuanto a referencia con el dólar, por otro lado traería un encarecimiento de productos importados pagados en base dólar, una mayor inflación. Estar ruta llevaría a pensar qué productos comprar, ya sea importados o nacionales, así como qué destinos vacacionales elegir, etc.
Pero, una vez acabado el TLCAN, ¿podremos hacer negocios en EUA?, la respuesta es un definitivo sí, solamente que entraríamos a un esquema de negocios como tercer país, dentro del esquema general de la OMC. Debe de entenderse, que el TLCAN es una excepción a la regla contenida en la OMC, es decir, la OMC es todo un condominio de más de 150 casas, mientras que el TLCAN es un conjunto de tres casas.
Si se acabara el TLCAN tendríamos a OMC, y bajo el esquema de la OMC existen 80% de productos con un arancel menor al 5%, según datos de Trebilcock en su libro de “The Regulation of International Trade”, así como datos aportados por El Financiero en su edición de hoy. El aumento del dólar se contrastará con la disminución del valor de la mano de obra, ya que los aranceles estarían en dólares y la mano de obra mexicana pagada en pesos.
En caso de seguir con el TLCAN, creo que muy probablemente habrá concesiones de las dos partes, una posible eliminación del capítulo XIX, teniendo que resolver dichas cuestiones directamente en OMC, por tanto, para México se tendría que aumentar la presencia de expertos en la representación permanente ante la OMC en Ginebra (que sucedería también en el caso de abandono del TLCAN), por otro lado, habrá aumento de las reglas de origen estimo un 75%, pero sin la exigencia del 50% como mínimo que establece EUA, se regulará el Arbitraje de Inversiones que se tiene dentro del capítulo XI con una cláusula opt-in, pero además se puede avecinar la posibilidad de que México suscriba el tratado de Washington del CIADI, dejando de lado la cláusula sunset para revisar cada 5 años la renovación del tratado.
En fin, han existido una serie de declaraciones por ambos lados, tanto por Wilbur Ross como por Ildefonso Guajardo, en el que nadie va a dar su brazo a torcer, el problema y la competencia no se encuentran dentro del TLCAN, la competencia se encuentra en China y en Asia, si existe una zona débil, quien se verá más afectado no es México, sino EUA por el posible embate que generaría China ante la baja en el dinamismo de la zona del TLCAN.
Por otro lado México, tiene que empezar a moverse rápido, sobre todo los empresarios, revisar muy bien qué productos son los que se importan y exportan, determinar los aranceles y otras regulaciones que les aplicarían en caso de un escenario negativo, así como revisar mercados internos que puedan recibir los productos, y abrir el abanico de estrategias para nuevos mercados.
En cuanto al gobierno, una negociación con China, Rusia, India y Brasil en cuanto a acuerdos bilaterales de comercio no vendría nada mal, aún y cuando se cuente o no con el TLCAN, así como pensar un posible tratado con el Reino Unido. Es decir, en vez de competir con los BRIC, unirse ya que nos da la posibilidad de tener acceso a productos de tales países como para ellos tener acceso a nuestros productos, sobre todo si existen productos elásticos.