Hoy o ayer, o tal vez antier, ya sabíamos la que se viene, destapes por todos lados, desde presidentes municipales, pasando por suspirantes a Gobernadores como irremediables aspirantes partidistas e independientes por la “Grande”, la Silla mayor.
Estamos frente a un baile de máscaras, sale una y entra otra, 2018 será un punto de ebullición de la mexicanidad en su más alto esplendor, estruendoso, intranquilo, infame, implacable, se juntan dos pasiones al mismo tiempo, política y fútbol, que dicha, escucharemos analistas deportivos opinar de política y políticos opinar de fútbol, Americanistas votando por Morena, y Diablillos del Toluca votando por Zavala, Chivas votando por PRI, en fin, todos, pero todos, gritando viva México y sí se puede, uno que otro no era penal, orgullosos de que pasamos y que nuestros rivales como EUA y Holanda no están hoy en la justa mundialista.
Habré siempre el tiempo de reflexionar si votamos o no votamos, veremos la insurgencia de los Wikipolíticos, comandados por Pedro Kumamoto, haciendo más daño a las instauradas redes de poder, que lo que puede hacer un partido opositor. Veremos un gran crecimiento y maduración de este movimiento eminentemente ciudadano.
De todo y todo, los tiempos que se avecinan no traerán grandes cambios políticos, como sucedió en el 2006 México votará por una continuidad de color, es decir, dar otros 6 años, dar “chance”, nos gustan mucho las chances, ésta vez, se la daremos al PRI, le daremos otros 6 años de chance, el frente opositor se ha desdibujado debido a una falta de identidad propia en la que muchos no se sienten llamados a compartir formas de pensar ni colores. Muy difícil un atlista se unirá con un chivas para derrotar a un americanista.
Habrá entonces heimatloses sin partido, apátridas políticos, que ante la falta de identidad de colores se refugiarán ante el beneplácito de lo ya conocido, y darle por lo menos chance de nuevo, otros 6 años al partido en el poder, pero con un mejor aire de saber hacer.
La imagen de López Obrador se tiene ya gastada, no es un opositor clave, Zavala no parece tener la fuerza ni arrastre, aunque ganó adeptos y restó fuerza al frente opositor, hay más personas que prefieran a Obrador, sin embargo, habrá muchas más que prefieran a Meade, sobre todo por su pasado blanquiazul, y las rupturas del mismo partido hace que muchos hagan alianzas, el PAN en todo caso se volvió un partido verde, es decir, que vive de las alianzas, de centro para cualquier lado, apostando por sobrevivir, sin tener una identidad propia, con las alianzas la ha perdido y tendrá que haber tiempo para rehacerse como partido.
Ahora el movimiento independentista es interesante, Zavala no gusta del todo, se le recrimina por su pasado como primera dama, por no haber dicho o hecho nada contra la cantidad de muertes y desaparecidos, cuestión que parece no tocará a Meade.
Ante todo creo que el candidato a vencer es el PRI personificado en Meade, alguien bien educado en temas económicos y políticos, pero poco versado en temas de derechos humanos, verémos por lo menos este y otro sexenio con ellos, hasta que nos volvamos a hartar, votando por el menos peor, teniendo un salto generacional, extinguiéndose ya las redes de poder del PRI que todavía existen del año dos mil para atrás, estando el clientelismo partidocrático en disminución, veremos más independientes con ganas y aptitud de servir, y otros con ganas de servirse pero desarropados de una institución partidista que los pueda llegar a proteger.
Pero, lo más importante no está en la “Grande”, está en la silla pequeña, en el municipio, en ese lugar en donde se da la expresión más auténtica de ciudadano y ciudad, de pueblo y país, ahí, en esa silla pequeña es donde debe estar nuestra gran preocupación, en quienes son los que van a servirme diréctamente, los que pondrán la luz en las calles, banquetas con acceso universal, cruces señalizados y con semáforos para peatones, recolección de la basura.
En México hay leyes y hay país, hay circo y sobre todo hay fútbol, por cierto, no creo que pasemos del quinto partido, yo ya estoy vacunado ante grandes esperanzas y pequeñas retribuciones, le voy al Atlas equipo que nació para no ser campeón.
Si van a la FIL comprense un pedazo maravilloso de ensayo político por Jesús Silva-Herzog Márquez, con su libro “La Idiotez de lo Perfecto“.
Los dejo con una cita de dicho autor:
“En política no hay obras perfectas a las que podamos entregarnos devotamente. Ha producido napoleones pero no ha dado vida a un solo Bach.”