En un buen intercambio de correos electrónicos con Jose María Abascal, que se antojan más para una charla de café que para misivas electrónicas, intercambié puntos de vista o amplié mis consideraciones sobre la terminación del TLCAN, como una idea de estar preparado para el escenario más difícil.
Me hacía varios cuestionamientos, sobre el tema de la imposibilidad de que EEUU deje el TLCAN, (denunciar el tratado) y si tiene o no poderes el actual presidente para así hacerlo conforme a las propias reglas del TLCAN y de la legislación interna americana. La presión de EEUU viene en su parecer en dos frentes, los medios (extrapolando) y la política fiscal interna en EEUU.
Mi contestación en palabras más o palabras menos es la siguiente:
Yo también veo lejana la posibilidad de que EEUU se retire del TLCAN, pero como dicen hay que prepararse para el peor escenario.
En cuanto a la legislación americana y los poderes que podría ejercer el Presidente:
Hay dos, uno que es dudoso y no se sabe bien hasta dónde se podría ejercer ya que ni ellos mismos saben si lo puede hacer o no sin ratificación del senado.
Esto es, bajo el Trade Act de 1974, sección 125 subsección a) “Every trade agreement entered into under this Act shall be subject to termination, in whole or in part, or withdrawal, upon due notice, at the end of a period specified in the agreement”.
También el Trade Act del ’74 autoriza al presidente subir impuestos por la importación así como restricciones no arancelarias, aún y cuando sea violatorio de los acuerdos de la OMC, que bajo esa avenida se discutiría. Pero es algo que existe de manera natural, y podría hacerlo para ahogar las negociaciones, las que creo van muy bien, tal como lo son con la renegociación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, a la que se le ha prestado menos importancia. Por lo menos en los medios.
El segundo punto, y tal vez otra arma es el Trade Expansion Act de 1962 en su sección 232, párrafo b), que se busque de alguna manera limitar el comercio con México por temas de seguridad nacional, como una facultad exclusiva del ejecutivo, pero también, esto causaría mucho desequilibrio si esto se activa durante las negociaciones del TLCAN.
Sobre amenazas de Trump, ninguna se ha concretado, no creo se concrete alguna, sobre todo en TLCAN ya que el sector empresarial en EEUU sigue estando muy anclado a México y un proceso de 20 años o más de integración económica es muy difícil deshacerlo de un plumazo.
Considero que no se puede revertir de manera sencilla, tanto en lo fáctico como en lo jurídico, en lo fáctico porque la integración económica con intereses extranjeros en suelo mexicano es alto, representando ganancias millonarias, sería un caso de expropiación a la inversa, no por el País que recibe la inversión, sino por el País que exporta la inversión. En la parte jurídica, al no ser claro si el Presidente tiene o no plenos poderes de denunciar el tratado, puede ser que se lleve inclusive hasta la Suprema Corte, y para eso, puede que pase mucho tiempo.
De los principales negociadores del TLCAN fue Pat Mulloy en la administración de Bush I, quienes buscaban implementar ISDS debido a la gran corrupción percibida por el gobierno de Salinas, Mulloy se queda en la administración de Clinton, y ahí es cuando se incluye el capítulo de investment.