Estimadas alumnas y estimados alumnos, les agradezco a nombre de la ciencia, a nombre del conocimiento, les agradezco por haber preferido hacer frente a la realidad como viniera que dejarse caer, les agradezco por haber preferido aprender por haber querido descubrir el mundo que está allá afuera –literal– el haber aceptado que el conocimiento está por encima de las circunstancias que nos rodean y que nos aquejan a todos.
Hoy este agradecimiento es para ustedes, por haber creído, tal vez de manera ciega, tal vez con crítica, y que a pesar de esa visión critica han creído una vez mas en nosotros los profesores, las profesoras, las maestras, las directoras, las escuelas, las facultades, las universidades, ante todo y todo, y contra todo pronóstico, ante la adversidad y la incertidumbre han decidido creer que el conocimiento es un camino y una meta para descubrir y descubrirnos.
Agradezco su entusiasmo, su entrega y muy especialmente el sacrificio que están haciendo, esta es una primer batalla de muchas que vendrán, les agradezco por estar hombro a hombro, codo con codo, algo que construimos juntos, que es el crear academia, que solo se crea con el alumnado y el profesorado comprometido.
Nuevos retos vendrán, y está bien, estamos juntos en esto, que es lo que cuenta, y ante ello, cuentan conmigo.
Les agradece como siempre un profesor cualquiera como yo.
Derecho Internacional y otras ilusiones 