Antes de abrir mis parpados siento la luz, el calor comienza a irradiar, me llena de energía, comienzo a sentir, y veo como toda la oscuridad da un paso lento y continuo a la luz, todo se convierte en vida, todo de nuevo se vuelve presente, todo se vuelve imagen, sentido, colores.
El milagro de ver, el milagro de sentir la imagen representada en la mente a través de los ojos, después un hola o un buenos días, para abrir el día con un café, así de sencillo, después Pan Francés, una lectura y después escribir.
Pero antes, respirar y ver, continuar viendo, ser imagen pura, sin restricción, cadencia imnótica de la realidad aparente unificada en formas, colores y sensaciones.
Así veo la luz y como se representan las cosas con ella, los matices, las sombras, los amarillos, los cafés, los dorados, todo en un parpadeo, miles de millones de particulas en un milagro más allá de mi comprensión, pero muy cerca de mi disfrute.
Reblogueó esto en Paco Mejiasy comentado:
Ver o no ver. ¡Anda que no hay diferencia!
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