Estos días he estado leyendo a Savater particularmente su libro de “El valor de educar”, hay muchas cosas que me vienen a la mente en cuanto a mi labor como profesor, es un baño de humildad leerlo y sentarse a meditar si lo hecho es de alguna manera bueno, sobre todo si aumenta en el estudiante las ganas de saber.
El reto es despertar la curiosidad de los alumnos, la receta de Savater es muy sencilla, no es partir desde el conocimiento del profesor para enseñarles que uno sabe, no es estirar la mano desde arriba para que ellos suban el escalón, es desde abajo.
Desde la comprensión de que los alumnos les interesan más otras cosas que la materia que se está enseñando, eso es un dolor para el profesor, partir del hecho de que el alumno no le interesa tu materia, que es mucho menos interesante de lo que su estatus en facebook, seguidores en twitter y likes en instagram pueda aportar.
¿cuál es la inquietud de aprender algo? ¿cómo abrimos ese apetito?, creo que es todo un arte y ciencia, es la ciencia del arte de enseñar, que toma tiempo y mucho esfuerzo.
¿cómo empujarlos desde abajo para que suban en el conocimiento? ¿en el trabajo intelectual del razonamiento, del gusto por saber y por preguntarse? en realidad, por descubrir verdades.