Hay dos grandes elementos para hacerse un buen café en prensa italiana: el primero tiene que ver con el prensado del café y el segundo con la espumación de la leche y de la leche evaporada.
Ojo, si pediste un capuccino y solo tiene leche de vaca sin leche evaporada entonces te dieron un latte.
Los elementos que tenemos entonces son el café que debe estar molido a tamaño espresso, como azúcar glass, y los dos tipos de lácteos, leche de vaca y leche evaporada.
Lo primero es escoger el café, el tipo de trituración que debe tener el café es para espresso, ya sea que lo compres así, o de otra manera que compres el café de grano y lo pongas a moler hasta tener una consistencia casi de polvo, casi como el azúcar glass, ya que esto ayudará a tenerlo bien prensado en la prensa italiana, así obtendrás toda la fuerza de su aroma y sabor.
La prensa italiana tipo moka tiene tres componentes, la base que sirve como contenedor de agua, su filtro y su recipiente de ebullición, que es el que recibirá el café filtrado al aplicarse calor que sube por el filtro de manera vertical al recibir el agua y café evaporados.
Tu prensa italiana debes desenroscarla, escucharás ese chasqueo de metal con metal, que es la introducción al ritual de tu café espresso. El recipiente de agua hay que llenarlo a tres cuartos con agua sin gasificar, justo en el borde de la válvula de liberado de presión, después ponemos el filtro para el café y lo llenamos con nuestro café de elección, buscando siempre tener un granulado fino. El llenado del café debe hacerse sin aplastar el café no es necesario. Ponemos después la parte superior de nuestra moka, enroscamos que quede bien apretado y listo.
La prensa italiana ponla sobre tu estufa, a fuego lento o en la temperatura más baja si es que tienes estufa de inducción. El fuego lento nos anima a tener un café que gradualmente estará liberando su sabor y evitamos el quemarlo, además nos entrena a esta cosa que hoy se nos olvida y se llama paciencia. La paciencia es muy importante, nos anima a poner atención a los sonidos y lo que sucede a nuestro rededor. La propia moka nos avisará cuando todo esté en orden, lo escucharemos con un borboteo fuerte además de salida de vapor, que indican la falta de agua del contenedor.
Deja reposar tu café, que en este caso ya tienes una primera parte, tu espresso. Luego está el tema de los lácteos y su espumación. Para un capuccino, creo, tienes que mezclar a mitad y mitad tanto la leche como la leche evaporada. La combinación de los lácteos y su calentamiento también debe hacerse a fuego lento y evitar que genere nata.
Toma tu taza de preferencia, la mitad de la leche que mezclaste sírvela en conjunto con tu café de tu moka.
La otra mitad, habrá que pasar a su espumación, para esto te puedes comprar una espumador de leche manual, la espumación la puedes hacer a gusto, pero te recomendaría no espumar toda la leche, deja una parte líquida, y otra naturalmente espumada.
Sirve la leche en conjunto con la espuma y tiene un capucho es decir, un café con gorro. Al gorro ponle canelita. Si gustas ponle azúcar pero no lo recomiendo porque ya tiene un sabor dulce de la leche evaporada y le baja la acidez del café.
Por favor, al terminar de utilizar tu moka déjala descansar y que tome de nuevo temperatura ambiente para desenroscarla y lavarla únicamente con agua, nunca uses jabón. La tasa de tu predilección esa sí hay que lavarla por la cerámica, los lácteos y la saliva.
Disfruta de tu café, como un suave golpe de despertar.